Teníamos diversos tipos de clientes:
Señoras a quienes les apetecía más charlar con nosotros (los entrenadores) que entrenar.
Estaban también los deadliners que querían ponerse delgados para un evento particular como por ejemplo un casamiento.
Luego los golondrinas que asomaban en primavera tratando de ponerse en forma para el verano.
Finalmente unos pocos comprometidos que entrenaban consistentemente y lograban resultados.
En fin, la fauna habitual que se suele encontrar en ese zoológico llamado gimnasio.
Pero teníamos un cliente, que estaba en una categoría propia. Sergio, el infoxicado.
Sergio era una de esas personas muy agradables que son pura energía y entusiasmo.
Trabajaba en una oficina dos pisos arriba del gimnasio como asesor de marketing y ventas.
Tenía unos 40 años, poco más de 1.80m de alto, y siempre venía al gimnasio usando un traje a medida con tiradores, zapatos oxford, reloj elegante a tono con el traje, y el último iPhone.
Aunque no era especialmente gordo, tenía una barriga que se dejaba notar a través del traje y cuando se ponía su ajustada camiseta de entrenamiento.
El bueno de Sergio era nuestro cliente, por temporadas…
Es decir, tenía un ciclo irregular bastante regular.
Te explico.
Después de unos meses sin verlo, solía aparecer con la motivación por las nubes.
Un día vino y me dijo:
– “Marcelo mira, me he comprado este fitbit que me cuenta los pasos, las calorías gastadas, mi frecuencia cardíaca, las horas de sueño…”
Creo que le medía los gases expulsados en las últimas 24 horas también. Respiratorios, claro.
En fin…
Nos pidió que le tomemos medidas de cintura, caderas, peso y pliegues cutáneos.
Los quería registrar porque ahora sí se iba a comprometer con los entrenamientos.
Esta vez quería probar entrenar por las tardes ya que había leído que el ratio testosterona/cortisol favorece los entrenamientos vespertinos.
También había empezado a tomar batidos detox ya que venía de comer “no del todo bien” y necesitaba desintoxicar el hígado.
Además, decidió dejar las carnes rojas porque vió en un documental que producen cáncer.
– “Ahora como tofu con kale” nos comentó.
A las pocas semanas, nos dijo que empezó con entrenamiento funcional todas las mañanas en otro gimnasio porque entrenar temprano en ayunas era lo mejor para quemar grasas y dejaba las tardes para entrenar con nosotros.
Lo del ratio testosterona/cortisol parece que era una fake news.
– “Necesito bajar de peso rápido” decía.
Yo le proponía: “Oye Sergio, ¿qué te parece si entrenas con nosotros dos veces a la semana y dejas un día para funcional? Tu cuerpo necesita un apropiado descanso para recuperarse y fortalecerse”.
– “No Marce… con eso no llego a ponerme bien para el verano. Tengo que hacer más. Además no me canso, me han dicho que tengo que escuchar a mi cuerpo, seguir mi intuición, como en el paleolítico”.
Había empezado a jugar squash los jueves por la noche. Y los sábados hacía waterpolo con su hijo.
No estoy seguro si los domingos hacía retro running también….